James Mangold tenía que hacer un film de superhéroes, pero esto es algo más.
Aquí no vamos a ver a Lobezno, el superhéroe y mutante, combatir contra una malvada organización para salvar al resto de mutantes. Al menos, no como estamos acostumbrados. En este film, nos muestran un Logan mayor, cansado, y con sus superpoderes mermando; un Logan que lo único que quiere es huir de su pasado, su legado, y desaparecer con Xavier para espiar su conciencia.
Papel que Hugh Jackman interpreta con una enorme maestría, esperable del que lleva siendo Lobezno desde el inicio. Lo interesante llega cuando aparece una niña en la vida de Logan y con ella llegará una última misión que, a regañadientes, tendrá que llevar a cabo. Seguramente lo mejor de este largometraje es que por fin podría categorizarse como una película de Lobezno, algo más brutal como estamos acostumbrados en los cómics, aunque desgraciadamente sea en esta última entrega y con un personaje muy demacrado tal como he comentado.
El personaje en el sector cinematográfico nos tiene acostumbrados a sobresalir en los lanzamientos en conjunto bajo el nombre de X-Men pero flojear en las obras en solitario. Sus responsables han logrado que esto cambie con una producción diferente que todos esperábamos desde hace mucho.
De hecho, prácticamente cada acción que realice va a ser un gran esfuerzo para Lobezno; se nota que no solo se ha hecho mayor, también está cansado de su vida. En términos generales, ésta es una película muy buena y probablemente mi favorita del género. De hecho, hacía tiempo que no veía a un film de este estilo tomarse a si mismo en serio sin pasarse de presuntuoso. Sin embargo, quizá este mismo sea el mayor problema que tiene el film; que es demasiado serio para el estilo al que pertenece.
Veréis, normalmente, cuando vas al cine a ver una película de superhéroes, lo que esperas ver es a alguien con algún don especial luchar contra el mal y acabar con el malo en un final climático y corriente. Y eso no está mal, de hecho, hay películas muy buenas que hacen justicia a este genero, como es el caso de Batman. Pero James Mangold ha decidido torcer el estilo, sin terminar de salirse de él y hacer algo que toma trozos de Mad Max, le da toques de cine negro y haciendo como si lo hubiera echado todo a la batidora con una buena ración de Watchmen, llamándolo Logan.
Una despedida como dios manda de uno de los más queridos personajes de Marvel. Os recomiendo encarecidamente ir a verla y apoyarla, quizá así vean que el género también puede ser serio y oscuro, tal como ocurrió con Deadpool. Una obra a la altura del personaje, quizás lo peor del estreno es el saber que no vamos a ver más a Hugh Jackman en este papel.